Afueras del Hospital

Te mantienes bastante bien... Digo, a pesar de los años.

Escucha Uriko, como un eco.

*Alzó la mirada confundida, no tanto por el comentario sino más bien porque no había nadie más en la mínima cercanía y tampoco podía sentir el chakra de alguien más en algún sitio escondido.*

¿Hmm? ¿Quién es?

Aparezco lentamente sentado junto a ella.
Si, sabes? No se que me sorprende más... 
Que te mantengas tan guapa a pesar de los años o...
La miro amistoso
...Ese sombrero que llevas contigo. Ka-te-ka-ge-sa-ma.

Pegó un grito de susto fugaz, pero enseguida se echó a reír de manera inevitable. 
¿Qué haces aquí? 
Preguntó, a pesar de lo común que resultaba para ella a esas alturas, no había visto a Sasuke hacía mucho tiempo, poco era los contactos que usaba gracias a Nekomata y curiosamente él era el único que se aparecía sin que ella se encargara de usar su chakra para ello, como si el portal para él estuviera abierto las 24 horas del día.
Gracias, siempre comienzan los halagos cuando se trata de ti. Aunque tu tampoco estás tan mal, ¿eh? para estar en el otro mundo.
Se sacó el sombrero, no había necesidad de traerlo.

Gracias, supongo que debo llevar el puesto tras la ausencia de Cervaz.

Hahahahahaha!
Acompaño su risa. Me sentía muy feliz de poder verla otra vez.
Bueno, Jeeh! En el otro lado no hay muchas razones para envejecer.
Comienzo a flotar y me dirijo hacia uno de los grandes ventanales del hospital para mirar mi reflejo.
Me hubiese gustado saber que tal me sientan las canas.
Volteo a verla.
Debe de ser duro llenar esos zapatos.
Vuelvo a mirar mi reflejo.

El gran héroe de la Guerra... 
Así es como lo llaman ahora no?

Bah, tienes la fuente de la juventud eterna, jajajajaj.
Rió. No había pensado en cómo se suponía que era un cargo de Kage, honestamente no era un puesto que estaba planeado como meta de vida.
Se hace lo que se puede, mientras la aldea que cuido esté bien creo que vale la pena, es una experiencia agradable.
Le miró de reojo mientras se observaba en su reflejo, sin moverse del sitio en que se encontraba sentada.
Realmente no lo sé, no hablo mucho de él y tampoco lo he llamado así en alguna ocasión, nunca me gustó subirle el ego.
Alzó la mirada y dejó su sombrero al lado. 
Nos debe unir un lazo bastante importante como para que te pueda ver sin hacer el mínimo esfuerzo.
Se encogió de hombros.
O soy lo suficientemente despistada como para no notar cuando Nekomata actúa.

Escucho sus interrogantes y le respondo sin mirarla.
Eres mi mejor amiga, Uriko.
Me seguía mirando al espejo, fingiendo restarle importancia a la declaración que había hecho.

No sé qué tan cuerdo se vea eso... que mi mejor amigo sea alguien... fallecido.
Le miró alzando las manos a mediana altura.
Sin ofender, claro, jajajaj.
Aunque ultimamente tampoco se dedicaba a concretar amistades, cuando sus obligaciones le llevaban a mantenerse ocupada de sus ciudadanos y de, bueno, sus hijos.

Poco una expresión sarcástica
Heee! No subestimes a los que hemos partido.
Floto hacia ella, sentado con las piernas cruzadas justo en frente. En el aire, por supuesto.
Piénsalo de esta forma.
Sonrío
La amistad no se mide en la cantidad de años que pasas con una persona...
O si la has tenido siempre a tu lado.
Sino en que tanto te llenen los momentos que pasaste con ella.
Aterrizo y me pongo de pie, fingiendo ser una entidad sólida.
O en mi caso, que tanto te llenen los recuerdos.

Me siento junto a ella.

Doy un suspiro
Todos tomamos decisiones difíciles.
No dudo que te sentiste muchas veces entre la espada y la pared.
La miro con una sonrisa.
Si quieres saber la verdadera razón por la que estoy aquí...
Apunto mi mirada hacia el cielo pero con los ojos cerrados.
Es porque te sientes sola.
El viento sopla, acarreando algunas hojas.
Dios, como me encantaría sentir esa brisa!